INTRODUCCIÓN SEGUNDO PERÍODO

Desde la era de la Modernidad, la indagación sobre la naturaleza humana se ha erigido como el punto de partida esencial para la reflexión filosófica. Este enfoque se evidencia desde el Renacimiento con el surgimiento del movimiento humanista, marcando un giro hacia el antropocentrismo. Michel de Montaigne, en sus ensayos, resalta esta inclinación al centrarse principalmente en su propia experiencia y reflexiones.

 

Sin embargo, es con Descartes cuando este cambio hacia la centralidad del ser humano se cristaliza por completo. Para el filósofo francés, la realidad primordial no radica en el mundo exterior o la divinidad, sino en la interioridad del sujeto, en la conciencia misma. Esta concepción marca el inicio de una exploración profunda de un territorio hasta entonces inexplorado, un viaje intelectual aún en curso.

 

Figuras notables como Kant, Husserl, Kierkegaard, Heidegger, Sartre, Darwin, Freud, Marx y Nietzsche, entre otros, han continuado este examen del ser que conoce, cada uno contribuyendo con su perspectiva única y enriqueciendo nuestra comprensión de la condición humana y su relación con el mundo.

 

 

Hoy en día, el humanismo sigue siendo relevante, pero es importante reconocer que también puede ser llevado a extremos. Es crucial encontrar un equilibrio que honre la dignidad humana sin caer en posturas excluyentes o dogmáticas.

PAUTA DE ESTUDIO 1

LECTURA 1

 

“Muchas cosas existen y, con todo, nada más asombroso que el hombre. Él se dirige al otro lado del espumoso mar con la ayuda del tempestuoso viento sur, bajo las rugientes olas avanzando, y a la más poderosa de las diosas, a la imperecedera e infatigable Tierra, trabaja sin descanso, haciendo girar los arados año tras año, al ararla con mulos. El hombre que es hábil da caza, en volviéndolos con los lazos de su redes, a la especie de los aturdidos pájaros, y a los rebaños de agrestes fieras, y a la familia de los seres marinos. Por sus mañas se apodera del animal del campo que va a través de los montes, y unce al yugo que rodea la cerviz al caballo de espesas crines, así como al incansable toro montaraz Se enseñó a sí mismo el lenguaje y el alado pensamiento, así como las civilizadas maneras de comportarse, y también fecundo en recursos, aprendió a esquivar bajo el cielo los dardos de los desapacibles hielos y de las lluvias inclementes. Nada de lo porvenir le encuentra falto de recursos. Sólo de la muerte no tendrá escapatoria. De enfermedades que no tenían remedio ya ha discurrido posibles evasiones. Poseyendo una habilidad superior a lo que se puede uno imaginar, la destreza para ingeniar recursos la encamina unas veces al mal y otras al bien”


SÓFOCLES, Antígona, en Tragedias, Gredos, Madrid.

 

LECTURA 2


“Era el tiempo en que había dioses, pero aún no existían las razas mortales. Cuando también a éstas les llegó la hora mareada por el destino, los dioses las modelaron en el interior de la tierra con una mezcla formada de tierra y fuego y de las cosas que se pueden fundir con el fuego y la tierra. Llegado el momento de sacarlas a la luz los dioses ordenaron a Prometeo y a Epimeteo que distribuye. sen entre todas ellas las cualidades que pudieran convenirles. Epimeteo pidió a Prometeo que le dejase cuidar de la distribución. “Cuando la tenga hecha’, le dijo, “tú la inspeccionarás”. Concedido el permiso, Epimeteo se puso a la tarea. Atribuyó a unos la fuerza sin la velocidad; a los más débiles les dotó de ligereza; a algunos les concedió armas defensivas y, para los desprovistos de éstas, ideó otras cualidades que asegurasen su salva ión.(..) A unos les dotó de escasa fecundidad, y a sus víctimas, de una fecundidad extra ordinaria, facilitándoles así la salvación de la especie. Pero Epimeteo, que no era lo bastante sabio, había ya consumido todas las facultades a favor de los irracionales, y aún le quedaba sin dotar la especie humana, por lo que no sabía qué hacer con ésta.


Cuando se encontraba en esta dificultad se presentó Prometeo, que venía a realizar su inspección. Vio a todas las especies convenientemente equipadas, pero al ser humano, desnudo, descalzo, sin lecho, inerme, Y ya estaba allí el día marcado por el destino en el que el ser humano iba a salir a la luz desde el seno de la tierra. Prometeo, ante aquella dificultad, para procurar al ser humano alguna salvación, robó a Hefestos y Atenea la sabiduría técnica y el fuego (pues sin el fuego era imposible la adquisición de aquella habilidad y su uso) y se los regaló al ser humano. Así entró éste en posesión de la sabiduría útil a la vida. Pero le faltaba la política, pues ésta estaba junto a Zeus. Prometeo no tenía tiempo de llegar a la Acrópolis en la que se encuentra la morada de Zeus y, además, a las puertas de ésta había centinelas terribles. Pero penetró a escondidas en el taller en que Atenea y Hefestos ejercen con amor su arte, de modo que les robó la técnica de la forja, que pertenece a Hefestos, y las otras que pertenecen a Atenea, y se las entregó al ser humano, el cual pudo así disponer de recursos para la vida, en tanto que Prometeo, por culpa de Epimeteo, era, según se dice, acusado de robo.


Puesto que el ser humano participa de lo divino, se distinguió ante todo por su culto a los dioses, empezó a construir altares e imágenes divinas; en seguida adquirió el arte de articular sonidos y palabras e inventó la habitación y el vestido, el calzado y la cama, y los alimentos sacados de la tierra. En un principio, los humanos así equipados vivían dispersos; no había ciudades. Eran destruidos por los animales salvajes, siempre más fuertes que ellos; y su artesanía les bastaba para alimentarse, pero era insuficiente en la lucha contra las fieras, ya que faltaba al ser humano la técnica política, de la cual es parte el arte de la guerra. (...) Entonces Zeus, temiendo que nuestra especie desapareciera del todo, envió a Hermes para que llevase a los seres humanos el respeto y la justicia, a fin de que hubiese en las ciudades armonía y los lazos propiciadores de amistad.”

 

PLATÓN, Protágoras, (320d-322d)

 

LECTURA 3

 

“Acabado ya todo, (...) no quedaba en los modelos ejemplares una nueva raza que forjar, ni en las arcas más tesoros que como herencia que legar al nuevo hijo, ni en los escaños del orbe entero sitial donde asentarse el contemplador del universo. Ya estaba todo lleno, todo distribuido por sus órdenes sumo, medios e ínfimos (...) Decretó al fin el supremo Artesano que ya no podía darse nada propio, fuera común lo que en propiedad a cada cual podía darse. Así pues, hizo del ser humano la hechura de una forma indefinida, y, colocado en el centro del mundo, le habló de esta manera: “No te dimos ningún puesto fijo, ni una faz propia, ni un oficio peculiar, ioh, Adán!, para que el puesto, la imagen y los empleos que desees para ti, ésos los tengas y poseas por tu propia decisión y elección. Para los demás, una naturaleza contraída dentro de ciertas leyes que le hemos prescrito. Tú, no sometido a cauces algunos angostos, tela definirás según tu arbitrio al que te entregué. Te coloqué en el centro del mundo, para que volvieras más cómodamente la vista a tu alrededor y miraras todo lo que hay en ese mundo. Ni celeste ni terrestre te hicimos, ni mortal ni inmortal, para que tú mismo, como modelador y escultor de ti mismo, más a tu gusto y honra, te forjes la forma que prefieras de ti Podrás degenerar a lo inferior, con los brutos; podrás realzarte a la par de las cosas divinas por tu propia decisión. 

 

PICO DE LA MIRÁNDOLA, Oración sobre la dignidad del ser humano. Ed. Nacional, 1984, pp.104-106

 

LECTURA 4


“El existencialismo ateo que yo represento es más coherente. Declara que si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre o, como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como se concibe, sino tal como él se quiere, y como él se concibe después de la existencia, como él se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Este es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese mismo nombre. Pero qué queremos decir con esto sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Porque queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será ante todo lo que haya proyectado ser.”


SARTRE, El existencialismo es un humanismo. Edhasa, Barcelona, 2000, pp.30-32.

 

 

ACTIVIDADES


1.  ¿Qué tienen en común los textos?

2. ¿Quiénes son los autores de los textos? Averigua en un diccionario de filosofía las biografías de estos pensadores (cuaderno de notas).

3. ¿Qué idea del hombre deducimos de estos textos? Redacta un ensayo.

4.  Interpreta cada texto, expresando cada idea principal en una frase. Ejercicio de competencia interpretativa.

5. Imagina un mito diferente al de Platón sobre el origen del hombre y escríbelo

6.  Realiza un mapa conceptual sobre el ser humano en el que se organicen los siguientes conceptos: libertad, elección, existencia, esencia, proyecto, cosa, Dios, justicia, técnica, lenguaje, muerte.  (El mapa conceptual puede ser considerado como una representación visual de la jerarquía y las relaciones entre conceptos contenidas por un individuo en su mente y que están formados por conceptos y palabras denominadas enlace, que unen aquéllos parea construir frases que tienen significado.  En la parte superior deberán ponerse los conceptos más generales y en la parte inferior, los más particulares.

7.  Argumenta a favor de la siguiente hipótesis: “el ser humano es libertad” ejercicio de competencia argumentativa.

 

8. ¿Por qué Platón, siendo filósofo, cuenta un mito para dar cuenta del origen del hombre? Propón una explicación propia. Al responder a esta pregunta se ejercita una competencia propositiva. 

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